Amaneció soleado, un día Domingo y desde que el se despertó no hacia otra cosa que pensar en que vería de nuevo a esa persona especial que dos días antes le había revivido las ganas de soñar. A medida que pasaba el día se hacían eternas la horas para verla, hasta que recibió un mensaje que informaba que no podrían verse a la hora acordada y que debía esperar 3 horas mas.
La desesperación se apodero de su mente y pensaba: ahora que hago?, la respuesta era sencilla: esperarla y mientras tanto seguir pensando en ella y recordar cada segundo de su re-encuentro. Esa oportunidad no la iba a perder.
Las horas pasaban y la angustia por el tiempo perdido nublaba su paciencia, hasta que de pronto la vio, casi se le escapa, cual fugitiva y le costo convencerla para que se vieran.
El deseaba correr hacia ella, abrazarla, besarla, cargarla de alegría y demostrarle lo feliz que estaba de verla otra vez, sin embargo ella lo recibió con un saludo bastante frío, incluso llego a pensar que se estaba volviendo loco y que todo lo que había pasado dos días atrás lo habría fabricado su imaginación.
En medio del apuro y el stress, el le ayudo, cual Caballero medieval, a que todo saliera bien, aunque previamente el ya había arreglado todo, ella no confió en su diligencia.
Después de ese trajín ya era hora de relajarse, todo estaba saliendo según el plan, sin embargo el tiempo corría a velocidades supersónicas. El la convido a hablar, tenia que llevarla a algún sitio donde pudieran estar a solas, el queria verle a los ojos y constatar que no estaba alucinando nada de lo que se había desatado días previos.
Pues al fin ahí estaban juntos, los acompañaba la Luna, era media Luna. El comenzó a cuestionarla, incluso la acuso de caprichosa. Se dijeron algunas verdades y de pronto sucedió de nuevo la magia. De nuevo el sintió que tocaba el cielo con sus besos, sus caricias y su pasión.
Era un momento único, quizás irrepetible, en donde ninguno de los dos quería perder tiempo, sin embargo no eran momentos de declaraciones ni de disculpas, era el momento de quererse sin reproches, naturalmente, salvajemente, como suceden las cosas mas hermosas de la vida, sin guión escrito; pero entonces el cometió el peor de los errores…….le dijo la palabra que muchas personas les cuesta decir y que también que es difícil de escuchar: TE AMO. Se lo dijo repetidas veces, cada vez mas fuerte hasta que su garganta se seco de tanto repetirlo….. Por que lo hizo? Por que cometió ese error?, sencillamente porque tenia tanto tiempo guardándolo en secreto que simplemente se desahogo……
Quizás ahí hubo un momento de pausa, sin embargo su princesa decidió seguir llevándose por lo que sentían en ese momento. Pasaban los minutos y el ambiente de ese sitio especial se llenaba de un aroma indescriptible, la pasión les brotaba por los poros y sus latidos se aceleraban: era el momento ideal y crucial para dejarse llevar por la pasión mas desenfrenada que existiera, pero entonces el decidió, en medio de la confusión y el deseo, que ese no era ni el momento ni el lugar indicado.
Fue una mala decisión? SI, el quería que sucediera? Lo anhelaba con todas sus fuerzas; entonces que paso por su mente en ese momento?: simplemente el quería que su momento fuera especial, único, sin limite de tiempo y a la vez pensó que su princesa no se merecía algo fugaz.
Pienso que este Caballero simplemente se estaba protegiendo para que el dolor de su despedida no fuera tan desgarrador. El había esperado demasiado tiempo para que fuera tan fugaz y loco. El había sufrido mucho calladamente su lejanía, sin embargo por que dejar pasar ese momento mágico?, esa es una respuesta a la que aun no se consigue alguna razón lógica, que se lo podría atribuir a que el es un Caballero criado a la antigua o que es el estupido mas grande del planeta.
El momento de la despedida se acercaba velozmente. Mientras el agarraba fuerza para decirle adiós, un adiós que podría ser el ultimo, un adiós que se llenaba cada vez mas de nostalgia y ellos aun no estaban preparados para eso.
En medio de las miradas y expresiones más hermosas de amor, ella decidió que esa despedida no se diera, que ella prefería irse intempestivamente, de golpe, sin voltear, para que no fuera mas dura la despedida. El trato de negarse, sin embargo nunca iba a contradecir a su princesa. Se hicieron varios intentos de fuga, pero ella tampoco quería que el la dejara sola. Las decisiones iban y venían: que te quedes, que no voltees, que vente y acompáñame, etc….. Fue un momento que hasta se llego a tornar gracioso y rieron como tenían mucho tiempo que no lo hacían. Simplemente disfrutaron su momento hasta el final.
Ahora si era el momento de la despedida, ella le rogó que no la acompañara y que se diera media vuelta y se fuera; el le hizo caso a medias, no la acompaño hasta la puerta, sin embargo la siguió con mirada desde lejos. En esa mirada se mezclaba la felicidad con la tristeza, la angustia y la profunda alegría de haberse encontrado de nuevo.
Y así se fue ella, llevando entre sus manos el símbolo de su unión eterna y secreta, una rosa roja.
El lloro en silencio su partida. Con mucha rabia le reclamaba a la Luna por no haber permitido que alargara el tiempo, sabiendo que ese adiós marcaria para siempre su vida.
Que hace que el destino una y separe a la vez a dos personas que se aman profundamente?, esa es una pregunta que el le tiene guardado a Dios.
Y es así como este Caballero volvió a lanzar al aire la promesa que le había hecho a su amada días atrás: “Te voy a amar toda la vida”
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